martes, 3 de agosto de 2010

ZONA DE SEÑALES









LA LLEGADA DE LOS HOMBRES BLANCOS

Playa del Carmen, pueblo de pescadores, los abuelos todavía recuerdan

todas esas recetas, esas historias milenarias, hace 100 años en playa

del carmen sólo se hablaba maya, hoy es un municipio multicultural.

Uno de los primeros contactos que tuvieron los mayas con los hombres blancos,

fue cuando una expedición en un bergantín, a cargo de Vasco

Núñez de Balboa, y capitaneada por Juan de Valdivia en agosto de 1511, naufragó a

causa de una intensa tormenta tropical. El barco en el que viajaban

se hundió perdiendo todas las riquezas que llevaba, muy pocos fueron los que

sobrevivieron al infortunio, desafortunadamente los que sobrevivieron al tocar

tierra fueron presa inmediata de los caribeños, famosos por sus costumbres

canibalescas. De todo el barco sólo fueron dos los que dejaron salvos, los

españoles Gerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero, los demás quedaron en manos

de los originales que los tomaron como esclavos y los comieron en el acto.

A Gonzalo Guerrero lo tuvieron preso junto con Gerónimo de Aguilar, quizá

ese instinto de sobreviviencia, de que alguien cuente la historia, fue lo que hizo

que los nativos no se los comieran, sino que les habían permitido vivir, quizá para

que pudieran contarlo, dejando la puerta abierta al mestizaje.

Gonzalo de Guerrero ayudó con sus conocimientos a la vida de los lugareños, aceptó

sus usos y costumbres, mientras que el puritano Gerónimo de Aguilar, sólo vivía con

el mero sueño de ser rescatado algún día por sus hermanos españoles.

Gonzalo de Guerrero aprendió muchas cosas de los originales, técnicas de caza y

agricultura, tuvo varias mujeres y muchos hijos, se hizo un hombre de guerra e

incluso instruyó a los mayas en contra de los ataques de los españoles.

En una ocasión que los Españoles llegaron a atacar, Gonzalo fue herido y muerto

junto con cientos de sus compañeros, Gerónimo al ver el milagroso regreso de sus

hermanos, se desnudó ante ellos, y quitándose los harapos, aretes, y demás

superchería que llevaba encima, le reconocieron la barba cerrada y el

castellano que aún lo hablaba a la perfección, lo tomaron preso para llevarlo ante

Hernán Cortés y usarlo de señuelo. Hernán Cortés, quien había desembarcado en

Cozumel lo tomó como parte de su tripulación, para sacarle el mayor provecho en sus

sueños de conquista.

De Gonzalo de Guerrero padre del mestizaje, queda una estatua que muestra su entrega

hacia los nativos, se le reconoce siempre por sus largas barbas, una enorme flecha

que levanta con el brazo derecho, y siempre rodeado de niños.

Del puritano de Gerónimo de Aguilar se sabe muy poco, se volvió clérigo, y fue junto

con la Malinche parte de los traductores que llevó Cortés en su viaje a la conquista

de Tenochtitlán.