A San Judas Tadeo lo hicieron famoso, le volvieron grande, sus adoradores pusieron su casa en la vieja ermita de San Hipólito en la Colonia Guerrero. Una noche antes del 28, día de San Judas, ríos de feligreses llegan a misa, lanzando cohetes y cargando sus San Juditas; “chiquiti bum a la bim bom ba, chiquiti bum a la bim bom ba san juditas, san juditas, rra, rra, rra”. En misa el cura exhorta a todos para que canten, griten y acerquen los san juditas para echarles la bendición. Desde la mañana del 28 de octubre, cientos de personas se arremolinan para entrar a la ermita, todos con su imagen, algunos disfrazados de San Judas, otros llevan hasta 5, uno por cada negocio, hay Judas tamaño escala y del tamaño de un cerillo. El mito de San Judas se ha expandido y sus poderes dicen no tener límite, porque es el santo que acude a las causas difíciles, imposibles y desesperadas, sus oraciones las rezan todos. La comida no sobra pero tampoco falta, hay gente que promete ir cada año a llevar dulces, globos, estampitas, collares, escapularios, espejitos, calaquitas. Y los más comprometidos llevan en cajas pan, tamales, chicharrones, o mandarinas, todo sirve, todo se usa y hasta cuesta que le toque a uno una pieza de éstas promesas transmutadas en alimento. Hay abuelitas que viven afuera de la ermita, mujeres entre 60 y 80 años, que recogen los frutos de las peregrinaciones, también son tadeístas, Lola, me dice que a raíz de un atropellamiento hace 30 años ella viene cada 28 de cada mes, como promesa de vida. Cada quien tiene una historia personal de adoración, llegan familias completas, gente que tiene a parientes enfermos, la mayoría es chaviza que cumplen juramento o que van a prometer un mes o dos de sobriedad, también se le piden a San Judas hijos, éxito, dinero, salud y salvación.
San Judas Tadeo, se ha hecho un mito popular, primo de Jesús y hermano de Santiago, fue martirizado en Persia, ultimado con un cachiporrazo en la cabeza, antes de su decapitación. Justo antes del Apocalipsis de San Juan, hay una pequeña carta o epístola, no dice la fecha en que fue escrita, sin embargo se supone haber sido escrita por el santo. La carta funcionó para que no se dieran más divisiones entre la comunidad cristiana, y continuar la pureza de la doctrina evangélica, prohibía los sincretismos y alertaba de las falsas doctrinas y maestros de la fe. En México a San Judas se le ha incorporado paralelamente al catolicismo, contradictoriamente es una imagen sincrética, sus prácticas son de un sector de la población que no obedece a las normas oficiales de la religión católica, pero aún así la iglesia acepta éstas prácticas por ser multitudinarias, y por sus increíbles demostraciones de fe. En la colonia Guerrero el festejo se extiende hasta la tarde, todavía quedan largas filas de tadeístas, que esperan su turno, para santificar su imagen y santificarse ellos mismos.
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